domingo, 18 de febrero de 2018

¿Es posible estudiar una carrera universitaria desde el celular?







En Colombia son varias las instituciones que ofrecen modelos virtuales para obtener títulos.

“Por medio de mi celular ingreso a una plataforma virtual para estudiar a distancia. Esto me permite ahorrar dinero en costos de movilidad, arriendo y en una pensión universitaria. Además puedo estar cerca de mi familia y trabajar al mismo tiempo”. Así describe su acercamiento con la educación virtual Edwards Abel Ribon, estudiante de segundo semestre de administración de empresas agroindustriales y quien vive en Tiquisio, un municipio situado en el departamento de Bolívar.
Ribon tiene 50 años y es comerciante. Se conecta todos los días de 7 a 9 de la noche para recibir clases en su celular, utilizando una herramienta de la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior (CUN). 

Dice que, si bien está contento con su proceso educativo, a veces “las cosas se complican porque la conexión a internet no es muy estable”.

Precisamente, estudiar una carrera universitaria a través de un teléfono inteligente supone retos significativos. Pareciera difícil y hasta engorroso recibir clases desde un dispositivo que tiene una pantalla de cinco pulgadas (incluso menos) Y, además, se necesita de tecnologías robustas para que los estudiantes puedan tener una experiencia positiva, advierten los expertos. 

Varias universidades del país ya están implementando este modelo, permitiéndoles a sus estudiantes recibir clases, acceder a información, responder evaluaciones, ingresar a foros y demás procesos educativos utilizando sus celulares, tabletas o computadores. 

Óscar Moreno, director de educación virtual de la CUN, afirma que acceder a la educación desde un ‘smartphone’ sí es posible; aunque es necesario generar un cambio cultural, porque la mayoría de las personas están acostumbrados a las clases presenciales. 

“No todo puede ser tecnología. Es necesario integrar modelos pedagógicos que logren cambiar el paradigma de la educación tradicional. Si las personas usan su celular para navegar en redes sociales, por qué no utilizar una aplicación que les permita comunicarse con sus profesores y compañeros en tiempo real”, aseguró Moreno.

El experto añadió: “Utilizando el concepto de gamificación (estrategias de juego a ciertas actividades para motivar a los participantes) es posible lograr que la educación sea más entretenida. Actualmente existen 700 estudiantes inscritos en nuestras carreras virtuales”. 

Pero hay que hacer hincapié, dicen los especialistas, en que si bien los dispositivos tecnopedagógicos apoyan a la educación virtual y a distancia, también resultan esenciales en la formación presencial. 

“Si el estudiante tiene la oportunidad de acceder a las bibliotecas virtuales que ofrece la universidad puede, por ejemplo, descargar información o acceder a videos sobre prácticas profesionales que le servirán como elemento para fortalecer sus procesos presenciales”, expresó Gloria Herrera, directora de educación virtual de la Universidad El Bosque. “Para estudiar desde un dispositivo móvil no se necesitan edades específicas, lo que importa son las competencias digitales. Es decir, la persona debe apropiarse de la tecnología y generar cultura a su alrededor”, agregó Herrera.

Tipo de tecnología
Para que una persona pueda realizar sus estudios desde un dispositivo móvil es necesario que las instituciones educativas ofrezcan, por ejemplo, espacios de virtualización. 

“No importa la referencia del teléfono o la tableta, lo verdaderamente necesario es el tipo de solución digital que entregue la institución. De ahí la importancia de la virtualización de las aplicaciones. Por ejemplo, nosotros utilizamos tecnología para que en los enlaces de comunicación no viajen datos, sino únicamente pixeles, lo cual permite que se pueda acceder a la información desde dispositivos menos robustos”, afirmó Juan Pablo Villegas, gerente general de Citrix Colombia. 

El ejecutivo agregó: “Hoy en día las universidades ya están rompiendo la barrera del acceso a la información para que los estudiantes ingresen desde cualquier lugar. Sin embargo, más que estudiar una carrera completa desde el teléfono, considero que estos aparatos son un complemento eficiente en materia de educación”, agregó Villegas. 

Más allá del tipo de la tecnología que ofrece la institución educativa, es preciso que el estudiante cuente con un plan de datos con, al menos, 3 GB. También piense en celulares con pantallas entre 4 y 5 pulgadas, pues le facilitará el acceso a los contenidos. Y en cuanto a la batería, al ser un dolor de cabeza frecuente en los usuarios de telefonía móvil, que considere dispositivos con capacidades de 3.000 Mhz en adelante.

La red al alcance
Las nuevas tecnologías abren un universo al sector educativo en el que, por ahora, no se ven límites. La tecnología avanza, cada vez se sabe más de cómo se aprende en internet, y al día de hoy quedan muy pocos ámbitos donde no se esté ofreciendo enseñanza en línea. Además, los nuevos celulares son cada vez más desarrollados.

“Es cierto que el profesor debe desarrollar nuevas competencias, por ejemplo diseñar muy bien los procesos de aprendizaje y tener en cuenta el contexto virtual donde los problemas se multiplican sin que el enseñante esté presente para cambiar el contenido sobre la marcha, pero con un tutor entrenado y un curso bien diseñado se puede aprender casi cualquier cosa a través de internet”, dijo en un artículo sobre el tema publicado en ‘El País’ de Madrid, Albert Sangrà, profesor y experto en ‘e-learning’ de la Universidad Oberta de Cataluña (UOC).

La tecnología, en conclusión, llegó para quedarse. Sin embargo, esto también obliga a las autoridades educativas a ampliar sus controles en las instituciones que ofrecen programas vía celular. Esto para que los estudiantes reciban una educación de calidad.

El celular, una extensión de trabajo más
Para la experta de la Universidad del Bosque, el celular es una extensión de trabajo más y, en últimas, es el estudiante quien debe adaptar los procesos de formación educativa. “La información que adquiera el alumno a través del teléfono, tableta o computador debe convertirse en conocimiento. Sin embargo, es importante no descargar toda la confianza en la calidad del medio (el celular), sino en la calidad del proceso. La herramienta solo es un apoyo, una extensión que servirá para llegar adonde no se puede”, agregó Herrera. 

Además advirtió: “El gran reto lo tienen las instituciones educativas, ya que deben revisar constantemente sus currículos para adaptarlos y así puedan permear todo lo que sucede alrededor”.




Fuente:    eltiempo.com/tecnosfera
                 Camilo Andres Peña C.