domingo, 22 de octubre de 2017


SSD o disco duro clásico, ¿cuál elegir?





Aunque la unidad de estado sólido es muy superior, el HDD se resiste a desaparecer.

Hubo una época, antes de que nuestra información migrara a la nube, cuando el soporte físico lo era todo. Y el criterio solía ser: cuanto más grande el disco duro, mejor.

Cualquiera que haya visto el interior de un computador seguramente habrá identificado esa especie de caja plateada en la que reposa un disco rotatorio recubierto de un material magnético. Cada vez que el sistema busca algo, el disco usa un ‘cabezal’, que tiene forma de aguja, para ubicar la posición de la información y enviarla al procesador.

“La última parte mecánica y móvil de un PC es el disco duro –apunta Jean-Pierre Cecillon, director regional de Kingston–, que ha sobrevivido por una capacidad de almacenaje mayor y por el precio por ‘gigabyte’ ”.

Desde su lanzamiento, hace más de 60 años, el HDD (‘hard drive disk’) se impuso como ideal en materia de capacidad y desempeño. Hasta la llegada de la tecnología SSD. Esta es la sigla de ‘solid state drive’, unidad de estado sólido, que también almacena datos, pero de manera diferente: creando ‘bloques’, de un modo parecido al de las memorias USB, lo que permite encontrar la información de una forma más ágil.

Decidir entre un HDD y un SSD es elegir entre una tecnología de hace más de medio siglo y su sucesora más eficiente. Pero eso no quiere decir que la primera no tenga ventajas. Para empezar, hay una diferencia considerable de precios. Por eso, para decidir qué le conviene, debe preguntarse qué tanto necesita guardar en el disco y a qué velocidad requiere acceder a esa información.

Para Juan Carlos Garcés, gerente local de Intel, el disco es importante “porque el volumen de los datos crece cada vez más. Tanto por la cantidad de fotos que tomamos con el celular o con cámaras profesionales, o por quienes insisten en tener su música digitalizada en soportes propios, aún hay mucha gente que ve la capacidad de almacenamiento como prioritaria al comprar un computador”.

Nicolás Miranda, coordinador del departamento técnico de Solutek, afirma que una de las principales desventajas del disco duro es que es más propenso a dañarse, por tener partes móviles. Por fortuna, también son más propensos, una vez producido el daño, a permitir la recuperación –al menos parcial– de la información, debido a los ‘rastros’ que quedan en las unidades magnéticas. El daño de una unidad de estado sólido es mucho más improbable, pero, a la vez, potencialmente más grave. Garcés explica: “Para que un disco sólido se dañe tendrá prácticamente que quemarse la memoria, pero en el momento en que se daña ya no hay forma de recuperar la información”.

Para Miranda, un disco duro mecánico podría ser más conveniente para quienes manejan grandes cantidades de información. Especialmente por el costo frente a los SSD. Aunque la distancia entre capacidad y precio de ambas tecnologías es cada vez menor.

La velocidad tiene nombre propio
Tal vez el lado más sexy de los SSD es que un sistema que los utilice se inicia en un lapso de entre cuatro y ocho segundos. Esto es menos de la mitad de lo que le toma iniciar al sistema más rápido con disco duro. Pero la velocidad no va de la mano con la capacidad de almacenamiento, en la que, por ahora, los discos duros clásicos siguen mandando. Mientras que esa tecnología alcanza ya cifras de entre uno y diez terabytes, las unidades de estado sólido más potentes (y caras) alcanzan apenas cuatro. Aunque en el caso de los portátiles los SSD vienen pisando fuerte por peso, confiabilidad y velocidad. 

Finalmente, está el factor ruido. Cualquier disco duro, por sofisticado que sea, hace ruido, pues cuenta con partes móviles. En cambio, los SSD son absolutamente silenciosos.

¿Cuál elegir? Cecillon lo resume así: “Si hoy una empresa o una persona necesita muchísimos gigas, el disco rígido es una solución. Excluyendo esa posibilidad, este es anacrónico: es más lento, más inseguro, genera más calor y más ruido, y consume más energía”.

Dicho esto, cabe subrayar que la industria de computadores de escritorio parece haber encontrado, en los discos híbridos, una fórmula perfecta: un SSD para que el sistema operativo y los programas ‘vuelen’, pero con un disco clásico de alta capacidad para que usted pueda guardar cuanta información desee.

fuente: eltiempo.com/tecnosfera
             Jessica Vargas